Los camellos tienen dos jorobas, mientras que el dromedario solo tiene una. Ahí está la diferencia entre estas dos especies. La función es siempre la misma. Almacena el agua y la energía que luego usarán en caso de que haya escasez y sequía. Esto le da a los camellos la legendaria habilidad de aguantar sin beber ni comer durante largos períodos de tiempo, pudiendo atravesar regiones muy áridas o desiertos sin apenas beber. Cuando su joroba esta agotada de reservas, se vuelve flácida y blanda. Los camellos no viven en las arenas del desierto, pero si en los desiertos rocosos del este y centro de Asia. Las temperaturas en estos lugares son extremas. 40 ºC en verano, -29 ºC en invierno. Por eso los camellos han desarrollado adaptaciones a estos brutales cambios de la naturaleza. El ejemplo más claro de estas adaptaciones es el grueso pelaje que los protege en invierno, y que se les cae cuando la temperatura aumenta con la llegada del verano.
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