El desarrollo de aparatos auditivos tiene siglos de intentos e invenciones, desde los grandes cuernos de resonancia que parecidos a una trompeta musical se colocaban con el extremo pequeño en el oído, este tipo de instrumentos simplemente concentraba el sonido y lo dirigía al canal auditivo externo. El audífono contemporáneo incorpora el uso de tecnología electrónica sofisticada que básicamente amplifica electrónicamente la señal de sonido obtenida en un micrófono, la ecualiza a la pérdida auditiva del usuario, y la reproduce con transductores de sonido llamados receptores.
Hoy en día el desarrollo de la tecnología ha permitido la integración de amplificadores de sonido tan pequeños como un grano de arroz que sin duda ofrecen importantes beneficios en la percepción auditiva y en la calidad de vida de quien padece un problema auditivo. Al mismo tiempo su tamaño pequeño los hace discretos y estéticos. La llegada de la tecnología digital a los aparatos auditivos también ha permitido importantes ventajas en cuanto a su funcionamiento pues permite que el comportamiento del amplificador sea dinámico ajustándose automáticamente a los niveles de sonido que el usuario requiere, también permite que se realice una adaptación muy precisa a la pérdida del paciente con el uso de una computadora, y finalmente ofrecen una calidad de sonido de alta fidelidad, claro y prácticamente natural.
Los audífonos endoaurales o intraauriculares (ITE, por su sigla en inglés) caben completamente en el oído externo y son usados en los casos de pérdida de audición leve a severa. La caja, que contiene las partes del audífono, se hace de plástico duro. Los ITE pueden acomodar mecanismos técnicos agregados, como la bobina telefónica, una pequeña bobina magnética contenida dentro del audífono que mejora la transmisión de sonido durante las llamadas telefónicas. Los ITE pueden ser dañados por el cerumen de los oídos y su tamaño pequeño puede causar problemas de ajuste y de acoplamiento. Los niños generalmente no los usan porque las carcasas necesitan ser reemplazadas de acuerdo al crecimiento del oído.
Los audífonos retroauriculares (BTE, por su sigla en inglés) se usan detrás del oído y están conectados a un molde de oreja plástico que cabe dentro del oído externo. Las partes de éste se ponen en una caja detrás del oído. El sonido se desplaza a través del molde al interior del oído. Los BTE son usados por personas de todas las edades con pérdida de audición leve a profunda. Los BTE que estén mal ajustados pueden acoplarse, causando un silbido producido por el ajuste del audífono o por la acumulación de cerumen o líquido.
Los audífonos intracanales caben en el canal del oído y están disponibles en dos tamaños. El audífono intracanal (ITC, por su sigla en inglés) está diseñado a medida para ajustarse al tamaño y a la forma del canal del oído y se usa en los casos de pérdida de audición leve a moderadamente severa. Los audífonos completamente en el canal (CIC, por su sigla en inglés) están ocultos dentro del canal del oído y se usan en casos de pérdida de audición leve a severa. Debido a su tamaño pequeño, los audífonos intracanales pueden ser difíciles para el usuario de ajustar y extraer y no tienen espacio para añadir otros dispositivos, como la bobina telefónica. Este tipo de audífonos también puede ser dañados por el cerumen y el drenaje de los oídos. Normalmente no se recomiendan a los niños.
Los audífonos de bolsillo que los pueden guardar en el bolsillo, se usan en personas con pérdida de audición profunda. El audífono se adhiere a una faja o a un bolsillo de Abercrombie y se conecta al oído por un cable. Debido a su gran tamaño, tiene la capacidad para incorporar muchas opciones de procesamiento de señales (como la de la tele), pero se usa generalmente sólo cuando otros tipos de audífonos no se pueden usar.
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